El Milagro de O Cebreiro es uno de los relatos más conocidos, documentado por el cronista benedictino Padre Yepes.
Según esta tradición, el milagro ocurrió en la pequeña localidad de O Cebreiro, situada en el Camino Francés (Villafranca – O Cebreiro), sobre el siglo XV.
La historia cuenta que un devoto habitante de Barxamaior, a pesar de las inclemencias del tiempo, acudía todos los días a O Cebreiro para asistir a la misa. No importaba cuán duras fueran las condiciones climáticas; este hombre nunca faltaba a su cita con la iglesia.
Un día, durante una intensa nevada, el hombre luchó contra la tormenta para llegar al convento, donde el clérigo, que estaba celebrando la misa, lo recibió con incredulidad. El sacerdote había pensado que, debido al mal tiempo, nadie acudiría a la iglesia ese día. Al ver al hombre entrar, el clérigo lo despreció o le riñó por haber puesto en riesgo su vida solo para recibir un poco de pan y vino.
En ese preciso momento ocurrió el milagro: la Sagrada Forma se transformó en carne y el vino del cáliz se convirtió en sangre.
Ante este suceso sobrenatural, el clérigo se desmayó y, al ser socorrido por el devoto, descubrió que había fallecido de forma fulminante.
Tiempo después, la noticia del milagro llegó a oídos de los Reyes Católicos, quienes decidieron visitar O Cebreiro.
En su visita, donaron un relicario para guardar las sagradas reliquias, que han sido preservadas hasta la actualidad.
Este milagro se ha convertido en un símbolo de la profunda fe y devoción presentes a lo largo del Camino de Santiago.
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