La Leyenda de la Reina Lupa, los Toros y el Dragón es una leyenda casi mitológica en la que se utiliza la imagen de un dragón como referente de lugar de pecados, de pecadores o de tentaciones, es una especie de parábola que habla de la humildad y de como la perfidia puede llegar a convertirse en fidelidad a las enseñanzas del cristianismo. Esta leyenda se relaciona directamente con la historia del Apóstol Santiago y sus discípulos, Atanasio y Teodoro. Según la tradición oral, cuando los discípulos llegaron a Iria Flavia, en Padrón, a lo largo del Camino Portugués (Caldas de Reis – Padrón), su misión era encontrar un lugar adecuado para enterrar los restos del Apóstol Santiago. Para lograrlo, acudieron a la reina pagana Lupa en busca de ayuda. Lupa, con la intención de frustrar su misión, les proporcionó un carro y les indicó que fueran a una colina a buscar unos bueyes, que en realidad eran toros salvajes. Sin embargo, mediante fervorosas oraciones, Atanasio y Teodoro lograron ama