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Mostrando las entradas etiquetadas como Parábolas

Otra versión de "El Regalo"

EL REGALO CUENTO ZEN  Vivió una vez un gran guerrero. Aunque muy viejo, aún era capaz de vencer a cualquier contrincante. Su reputación se extendió ampliamente y muchos estudiantes se juntaron para aprender con él. Un día, un joven guerrero llegó al pueblo. Estaba decidido a ser el primer hombre que venciera al gran maestro.  Además de su fuerza, tenía una habilidad asombrosa para encontrar y explo tar cualquier debilidad en un oponente. Esperaría que su oponente hiciera el primer movimiento y cuando revelara una debilidad, entonces atacaría con despiadada fuerza y velocidad de rayo. Nadie había durado con él en un encuentro más allá de su primer movimiento. En contra de los consejos de sus preocupados estudiantes, el viejo maestro aceptó gustoso el reto del joven guerrero. Cuando ambos estaban listos para la batalla, el joven guerrero empezó a dirigirle insultos al viejo maestro.   Tiró tierra y escupió en su cara. Por horas lo agredió verbalmente con todos los ins

Leyenda celta

Según una leyenda celta había un hombre viejo y muy cascarrabias que era propietario en Irlanda de una granja. Un día el viejo discutió acaloradamente con su hijo y dejaron de hablarse. Años más tarde el hijo murió y el padre aún sentía odio y rencor y no se presentó siquiera al funeral. El carácter del granjero se agriaba más con el tiempo, él cumplía sus obligaciones como ciudadano y cuando falleción uno de sus vecinos, fue a su entierro. Pero cuando la ceremonia terminó, el granjero estuvo paseando por el cementerio. Paseando por el cementerio se sorprendió al ver cómo una calavera asaltó en el camino y crujiendo la mandíbula se dirigió a él diciéndole: mañana pasaré la noche en tu casa. La única condición es que vuelvas más adelante a hacerme compañía a este mismo cementerio. El granjero asustado por aquel mensaje invitó al cura para que pasara la tarde con él en casa. Al día siguiente, cuando estaban en a mesa cenando, oyeron tres golpes en la puerta; y aunque nadie abrió

El regalo

En una ocasión cuando Buda estaba predicando su doctrina, un hombre se le acercó y comenzó a insultarlo e intentar agredirlo pero Buda se mantuvo en un estado de imperturbable serenidad y silencio. Cuando hubo terminado su acción, se retiró. Un discípulo que se sintió indignado por los insultos que el hombre lanzó contra Buda le preguntó porqué dejó que lo maltratara y lo agrediera. A lo que Buda respondió con segura tranquilidad: -“Si yo te regalo un caballo pero tú no lo aceptas ¿de quién es el regalo?” El discípulo contestó: -“Si no lo acepto, sería tuyo todavía”. Entonces Buda respondió: -"Bueno. Estas personas emplean parte de su tiempo en regalarme sus insultos, pero al igual que un regalo, yo elijo si quiero aceptarlo o no. Los insultos son como regalos: si lo recoges, lo aceptas; si no lo recoges, quien te insulta se lo queda en sus manos. No podemos culpar al que insulta de nuestra decisión de aceptar su regalo. Por esa misma razón, esos insultos son para mí c