El Sorprendedor es un libro de Sergio Fernández y Rubén Chacón y Ediciones Planeta, que viene a ser toda una declaración de intenciones bajo la máxima de Gandhi “Sé el cambio que quieres ver en el mundo”.
El autocambio es la fórmula. Las expectativas de futuro ya no tienen el significado que tenían antes, hoy todo cambia, pero en realidad nadie cambia. Porque el ser humano se aferra a lo que tiene y a lo que es, sin permitirseevolucionar y escuchar al que tiene al lado.
En realidad la humanidad es consciente de ello y muchos son los que se rebelan bajo una sed de cambios sin precedentes hasta este punto de la evolución de la civilización humana.
El ser humano tiene sed, quiere dar ante todo significado a su vida, al ser humano le gustaría alcanzar la plenitud pero, no puede.
Las fuerzas que rigen los destino del mundo y de sus cambios parecen ser dos, por una parte fuerzas ajenas a las personas en sí; pero la otra es la persona misma, cada una y todas las personas tienen un poder increíble de transformación de la realidad que, sin duda, necesita actualizarse.
Todos protestan, casi nadie escucha de verdad, nadie parece advertir que el primer compromiso esel personal, interno, ha de ser inherente a la persona. Esto hará que cada cual influya externamente, pero desde su interior, en todo el campo energético que rige; lo cual hará que se produzcan cambios, positivos, si la energía que se proyecta es positiva. El acto, la manifestación o el pensamiento más íntimo, afectan al universo. Se puede cambiar el mundo. El individuo puede hacerlo. Se puede cambiar la realidad de las cosas, que no gusta a casi nadie, por otra más gratificante y recompensadora.
El Sorprendedor es una llamada a la acción pero desde el compromiso personal porque un grupo de personas comprometidas y conscientes pueden, realmente, transformar la sociedad.
Hay que estudiar un poco más de Historia, las Humanidades parecen no estar de moda y son las que proporcionan eso precisamente, humanidad, a la condición humana. Hay que conocer la Historia para no repetir los fallos que en ella se cometieron y para repetir también, para aprender de todo lo que nos enseña. Mirando atrás vemos patentes algunas de las afirmaciones que llevamos hechas hasta el momento.
El Sorprendedor es también una invitación a la revisión de los valores que hoy rigen la sociedad, a buscar los valores reales que deben regir la existencia personal y en sociedad; para destruir la cizaña que se ha instalado, en las aulas, en las mentes, en la sociedad, en el mundo y hasta en el universo, porque la acción del hombre traspasa fronteras que se propagan como las ondas en el agua tras la caída de una piedra.
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