Érase una vez, en una apartada región, un rey que tenía un sabio consejero. Este tenía por costumbre repetirle al monarca:
- Todo lo que sucede es por su bien.
Sin embargo, un día, en un desfile, el rey soltó con tan mala fortuna el sable que se cortó el dedo de un pie. Muy contrariado, se dirigió a su consejero y le preguntó si este accidente también le había sucedido por su bien. El sabio le repitió una vez más:
- Todo lo que sucede es por su bien.
Fuera de sí, el rey consideró la respuesta del sabio como un ultraje y decidió, como castigo, encerrarlo.
Pasaron unos meses y el rey se fue, con todo su séquito, de caza. El grupo se dispersó por todo el bosque y, al caer la noche, el rey se encontró completamente solo y perdido. Por mucho que llamaba, nadie le respondía. Buscó el camino de regreso, pero fue en vano. Al límite de sus fuerzas, acabó por vislumbrar el resplandor de una hoguera.
- Salvado! estoy salvado!! exclamó el rey.
Se encaminó hacia la luz y descubrió una tribu que no conocía en su reino. Se presentó como el soberano
de ese bosque y les prometió una gran recompensa si le ayudaban a encontrar su palacio. Pero las cosas no sucedieron como el rey había previsto. Los indígenas no hablaban su lengua y se mostraron agresivos, y el rey comprendió rápidamente que había ido a caer en una tribu de caníbales de la cual sus soldados ya le habían hablado. Hicieron los preparativos para comérselo y, antes de asarlo, lo desvistieron. Fue en ese momento cuando observaron su pie mutilado. La tribu no comía nunca a personas con defectos físicos, así que lo soltaron, no sin antes lamentarse, pues les había parecido un bocado muy apetitoso.
Tras algunos periplos, por fin el rey volvió a encontrar su palacio. Se apresuró a ir en busca de su consejero y liberarlo, diciéndole:
- En verdad tenías razón! Incluso el haber perdido un dedo del pie ha resultado ser por mi bien! Pero dudo, agregó, que puedas considerar que este tiempo pasado en prisión hayan sido por tu bien…
- Majestad, respondió el sabio, todo lo que me sucede es por mi bien. Si no hubiera estado en prisión, os habría acompañado a la cacería…. no os habría perdido de vista y los dos habríamos ido a caer en las manos de los caníbales….gracias a estar en prisión sigo vivo y he recuperado vuestra confianza!!
Fuente: piensaenpositivo. com
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