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Mostrando las entradas etiquetadas como Leyenda

La Mona de Jaén

Se ha creído durante mucho tiempo, que la escultura colocada sobre el entablamento del muro gótico de la parte trasera de la Catedral de Jaén, podría tratarse de un Bafomet, que estaría dando carácter sagrado a la greca gótica que presenta el muro, aunque los últimos estudios apuntan a que pudiera tratarse de un judío, Para los jiennenses es conocida como “la mona” . Esta escultura representa la imagen de una persona sentada al estilo moro, sujetándose los pies con las manos. Esta es su leyenda….. Según la tradición a finales del siglo XIX unos niños que habían oído de sus mayores el encantamiento maléfico que pesaba sobre la pequeña figura -lo que les hacía rehuir este lugar para sus juegos-, por dárselas de valientes, decidieron cierta tarde bajar hasta la Plaza de San Francisco y pasar bajo la imagen demoníaca de la Mona, ante el estupor de las personas que por allí andaban, pues evitaban tanto mirarla, como pasar cerca de ella. Desoyeron los niños la

La leyende de El Pósito

La Leyenda de El Pósito es una leyenda hermosa que forma parte del “Romancero de Jaén” de 1861 y cuenta la historia del amor entre Diego de Osorio, un capitán de los Tercios de Flandes, y una hermosa dama de Jaén, Beatriz de Uceda. Había en Jaén una pareja de jóvenes que eran novios a punto de casarse; pero por aquel tiempo volvían de la guerra los caballeros que habían batallado contra los moros en la Reconquista y uno de ellos, guapo y de ágiles palabras se fijó en la joven y la conquistó. La muchacha abandonó a su prometido, que no tuvo más que conformarse. El guerrero se casó con la joven que además tenía una gran fortuna, por ser miembro de una importante familia de la ciudad. El marido sabía de antemano el provecho que podía conseguir con este matrimonio y no dejó ver su verdadero carácter al principio. Pero finalmente, el caballero no resulto ser lo que parecía, ya que sólo pretendía disfrutar la fortuna de la joven, que pronto advirtió el engaño, las actitudes de su

La prueba del maestro

-Soy pobre y débil, dijo un día un maestro a sus discípulos, pero vosotros sois jóvenes, y yo os enseño: es deber vuestro, por lo tanto, conseguir el dinero que vuestro viejo maestro necesita para vivir. -¿Cómo podemos hacer eso?-preguntaron los discípulos-.Las gentes de esta ciudad son tan poco generosas que sería inútil pedirles ayuda. -Hijos míos-contestó el maestro-, existe un modo de conseguir dinero, no pidiéndolo, sino cogiéndolo. No sería pecado para nosotros robar, pues merecemos más que otros el dinero. Pero, ¡ay!, yo soy demasiado viejo y débil para hacerlo. -Nosotros somos jóvenes-dijeron los discípulos-y podemos hacerlo. No hay nada que no hiciéramos por vos, querido maestro. Decidnos sólo cómo hacerlo y nosotros obedeceremos. -Sois jóvenes-dijo el maestro-y es poca cosa para vosotros el apoderaros de la bolsa de algún hombre rico. Así es cómo debéis hacerlo: escoged algún lugar tranquilo donde nadie os vea, y luego agarrad a un transeúnte y coger su diner

Todo lo que sucede sucede por tu bien, la leyenda de un rey incrédulo

  Érase una vez, en una apartada región, un rey que tenía un sabio consejero. Este tenía por costumbre repetirle al monarca: - Todo lo que sucede es por su bien. Sin embargo, un día, en un desfile, el rey soltó con tan mala fortuna el sable que se cortó el dedo de un pie. Muy contrariado, se dirigió a su consejero y le preguntó si este accidente también le había sucedido por su bien. El sabio le repitió una vez más: - Todo lo que sucede es por su bien. Fuera de sí, el rey consideró la respuesta del sabio como un ultraje y decidió, como castigo, encerrarlo. Pasaron unos meses y el rey se fue, con todo su séquito, de caza. El grupo se dispersó por todo el bosque y, al caer la noche, el rey se encontró completamente solo y perdido. Por mucho que llamaba, nadie le respondía. Buscó el camino de regreso, pero fue en vano. Al límite de sus fuerzas, acabó por vislumbrar el resplandor de una hoguera. - Salvado! estoy salvado!! exclamó el rey. Se encaminó hacia la luz y