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Los Reyes Mayos de Oriente y la Epifanía









En el Evangelio de San Mateo (2,1-12) se relata la historia de los Reyes Magos. 

Epifanía significa "manifestación", significa que Jesús se da a conocer; y aunque Jesús se da a conocer en distintos momentos y a diferentes personas, la Iglesia celebra en realidad como epifanías tres eventos, que son la Epifanía ante los Magos de Oriente, que es una manifestación a los paganos. Su Epifanía en su Bautismo, que significa darse a conocer a los judíos por medio de su primo San Juan Bautista. Y la Epifanía de las Bodas de Caná, aquí se produce una manifestación a los discípulos y significa el comienzo de su vida pública, por medio de la intercesión de su Madre, la Virgen María.

Pero la epifanía que más se celebra es la de los Magos, que constituye la manifestación ante los paganos. Viene a significar la conversión de los pueblos paganos al Cristianismo. Significa la llamada de Dios a todos los pueblos, razas, culturas y todas las religiones. Pero el hecho significativo es que ante la llamada se produce la respuesta.

El concepto “magos” identifica en la época a las personas sabias, a los sacerdotes, a los poseedores del conocimiento. “Reyes” se acuerdo al salmo 72,10-11 : "Los reyes de occidente y de las islas le pagarán tributo. Los reyes de Arabia y de Etiopía le ofrecerán regalos. Ante él se postrarán todos los reyes y le servirán todas las naciones".

Los Reyes Magos de Oriente es como se les conoce porque para los judíos el concepto “oriente” significaba Arabia, Persia o Caldea; lugares de los que se suponen que venían cada uno de ellos.

La Astronomía y la Historia aúnan sus estudios para confluir en varias hipótesis. Según unos se trata del paso de un cometa, según otros de la conjunción de los planetas Saturno y Júpiter, apuntando el lugar del nacimiento de Cristo.

La costumbre o la tradición identifica al rey Melchor como una persona anciana, de raza blanca, caucásico, con barbas; y que porta oro como regalo al Rey de Reyes, porque el oro representa en Cristo la realeza.

La iconografía representa a Gaspar como un rey joven, de tez morena que trae incienso, el incienso representa la divinidad de Cristo.

Por su parte, Baltasar, es representado como un rey de raza negra que ofrece a Jesús mirra, esta es la substancia con la que momificaban o embalsamaban los cadáveres. Representa la humanidad de Jesús, su futuro sufrimiento y su futura muerte en la Cruz.

Los tres reyes eran, cada uno por su parte y en la distancia, conocedores de profecías que señalaban el nacimiento del Rey de Reyes en Jerusalén, se encaminan y se dejan guiar por la Estrella de Oriente. Al llegar, entran en el palacio de Herodes y le preguntan por el rey de los judíos que acaba de nacer y cuya estrella habían visto y seguido, habiendo hecho uso de sus conocimientos de Astronomía para descifrar el lugar del nacimiento de Jesús.

La adoración del Niño Jesús por los Reyes Magos de Oriente se interpreta y ha sido vista por los Padres de la Iglesia como aceptación, por parte de los pueblos paganos, de la divinidad de Jesucristo.

Son testigos pues de la profecía de que por medio de Israel, por medio del pueblo de Israel, Dios se manifestaría a todos los hombres de la Tierra, porque el Hijo de Dios, Jesús, viene para salvar a todos y no solo a los judíos.

Herodes toma represalias cuando conoce el nacimiento de un rey, que supone una amenaza para él y para Roma, puesto que Herodes era hijo del idumeo Antipatro que ayudó a Roma a conquistar a Palestina, era pues un extraño en el trono de Judea y el pueblo lo veía como extraño, como extranjero; además había casado con una princesa judía a la que mandó ejecutar junto con los hijos que con ella tuvo, lo que le acarreó la antipatía del pueblo. Debía su título regio a Roma y no era bien visto por los judíos. Mandó matar a todos los bebes, lo que se conoce como la matanza de los inocentes.

Los Reyes Magos confirmaron por medio de los sumos sacerdotes y maestros de la ley el lugar del Nacimiento del Mesías según las profecías tenían indicado en Belén de Judá (Miqueas 5,2); pero estas autoridades no fueron a adorarle sin embargo. Buscaban a Dios en las estrellas y le encontraron en la Tierra, en un humildísimo lugar. 



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