Un exitoso hombre de negocios estaba envejeciendo y sabía que ya era el momento de elegir un sucesor que se hiciera cargo del negocio. En vez de elegir a uno de sus gerentes o a sus hijos, el empresario decidió hacer algo distinto. Convocó a los los jóvenes ejecutivos de la compañía en conjunto y les dijo: Es el momento de que me retire y elegiré al próximo Director. He decidido elegir a de vosotros. Los jóvenes ejecutivos quedaron sorprendidos, pero el jefe continuó: Voy a dar a cada uno de ustedes una semilla, una muy especial. Quiero que planten la semilla, le pongan agua y vuelvan aquí dentro de un año con lo que ha crecido de la semilla que les he dado. Luego juzgaré las plantas que traigan y el dueño de la planta que yo elija será el próximo Director. De entre ellos, un hombre llamado Jim, como los demás, recibió una semilla, fue a su casa y entusiasmado le contó la historia a su esposa. Ella le ayudó a conseguir una maceta, la tierra, la tierra o mantillo y plantó la s