Ir al contenido principal

El Zeppelin sobre Sevilla



El Graf Zeppelín fue una nave de 220 metros de longitud que volaba a unos 200 m. de altura, tres veces más grande que un Boeing 727, y que viajaba a 68 millas por hora.

Uno de los temas más apasionantes para los sevillanos de principios del siglo XX fue el del dirigible Graf Zeppelin. Se tenía en proyecto construir una lanzadera para el mismo en Sevilla, para realizar los vuelos transoceánicos Europa – América, pero el proyecto no llega a llevarse a efecto, aunque el dirigible Zeppelin visitó y sobrevoló Sevilla en quince ocasiones, y algunas de ellas cuales incluido aterrizaje.

Su primera visita fue la del 29 de junio de 1929, en la Exposición Universal, sobrevoló a baja altura y dio varias pasadas por el cielo sevillano, con la consiguiente expectación entre los vecinos, pues el gigante proyectaba una enorme sombra sobre el suelo y un estruendoso ruido de motores, que causó el pánico de algunos, aunque otros se afanaban en subir a los sitios más altos con el fin de verlo mejor, con lo cual tejados y azoteas fueron asaltados por los curiosos.

En ocasiones siguientes el Zeppelin aterrizó en el campo de Hernán Cebolla, donde estaban los angares, donde acudían los sevillanos con horas de antelación con gran expectación y convirtiendo en una feria el campo de aterrizaje, en el que colocaban puestos de bebidas y paseaban vendedores ambulantes.

Contaba con habitaciones individuales y un lujoso comedor para 24 personas que viajaban en vuelos regulares entre Europa y Sudamérica.

En 1937, a consecuencia de la tragedia del Hindenburg, se ordenó terminar con la flota de dirigibles comerciales.


 
 
 

Comentarios

Entradas populares de este blog

La Leyenda del Amaru

  5 de octubre LA LEYENDA DEL AMARU Cuentan que hace muchísimos años, una terrible sequía se extendió por las tierras de los quechuas. Los líquenes y el musgo se redujeron a polvo, y pronto las plantas más grandes comenzaron a sufrir por la falta de agua. El cielo estaba completamente limpio, no pasaba ni la más mínima nubecita, así que la tierra recibía los rayos del sol sin el alivio de un parche de sombra.   Las rocas comenzaban a agrietarse y el aire caliente levantaba remolinos de polvo aquí y allá.  Si no llovía pronto, todas las plantas y animales morirían. En esa desolación, sólo resistía tenazmente la planta de qantu, que necesita muy poca agua para crecer y florecer en el desierto. Pero hasta ella comenzó a secarse.   Dicen que la planta, al sentir que su vida se evaporaba gota a gota, puso toda su energía en el último pimpollo que le quedaba.   Durante la noche, se produjo en la flor una metamorfosis...

El sabio y la serpiente

El sabio y la serpiente es una fábula indú sobre la necesidad de defendernos cuando nos vemos atacados.  No debemos usar la violencia de forma innecesaria, pero tampoco debemos dejar que otros se aprovechen de nuestra buena voluntad o que puedan aprovechar un momento bajo o una baja autoestima. Dicen que una serpiente vivía en una cueva, en una montaña de la India y tenía atemorizada a toda la población de los alrededores, pues no dudaba en morder a todo el que por allí pasaba. La serpiente empezó a quedarse muy sola, nadie quería acercarse a su cueva.  Un sabio vivía cerca de ella y un día decidió pedirle consejo. Y le dijo al sabio: – Necesito consejo. – ¿Qué sucede?- contestó el sabio. – Es que nadie viene a verme, porque hasta ahora, todo el que se acercaba recibía un mordisco envenenado y ahora me tienen miedo… – Normal que te tengan miedo, es que no haces otra cosa que atacarles- contestó el sabio-. Lo que tienes hacer es dejar de morderles. – De acuerdo. No les morderé...

La caña de bambú

  Este cuento indio, ‘La caña de bambú’ , encierra una reflexión profunda  sobre qué es lo más importante en la vida, frente a los bienes materiales. Nos habla sobre las riquezas verdaderas, las interiores. Hubo una vez un rey , muy anciano ya, que veía que el final de sus días estaba cada vez más cercano. El rey no tenía descendencia, así que un día decidió llamar a un hombre muy sabio, su consejero espiritual, que se presentó en palacio en seguida y el rey, muy encorvado por los años y cansado, le dijo: – Te mandé llamar porque se que me quedan pocos días de vida y me gustaría encomendarte una misión… – Lo que sea, querido rey, dijo el sabio. El rey agarró un bambú que tenía cerca y le dijo: – Quiero que entregues este bambú a la persona más tonta del reino. – Pero señor, esa tarea es muy complicada… hay muchas personas en el reino…, dijo el sabio. – Lo sé, pero tienes muchos días y yo confío en ti. – De acuerdo, lo haré, respondió el sabio al rey. El consejero salió en...